Ahir va acabar el saló, i sobre una cosa que vaig comentar, a La Vanguardia en paper:
Hasta el Fiat Barbie se vendió
RAÚL MONTILLA - Barcelona
Al principio del salón de este año, el jueves 7 de mayo, uno de los comerciales del salón bromeaba sobre el Fiat 500 Barbie. Sobre su color rosa, sobre su diseño interior, aunque se ponía un poco más serio cuando hablaba de su precio: 100.000 euros. Unos mil euros por CV. "Si este coche se vende, el salón de este año habrá sido un éxito", aseguraba. Pues se vendió.
En Barcelona se queda uno de los cinco Fiat 500 Barbie que han salido a la venta.
Y lo que es raro es que tan sólo haya sido uno. Ayer, los comerciales de Opel, Citroën, Renault, Ford, Nissan o Seat - también Fiat-reflexionaban sobre el salón de este año con una sonrisa. Ninguna marca lo manifestaba públicamente, de forma oficial, pero quien más quien menos de las marcas más populares, según los comerciales, había vendido un centenar de coches. Y cada uno con su producto estrella. El Insignia concentraba el 39% de las ventas de Opel. Los Picasso de Citroën, el nuevo Kuga de Ford… Algunos decían estar con cifras del 2007. Hasta el sábado. Ayer, las cifras eran más similares a las del 2005. "Se está vendiendo mucho a última hora", explicaba un comercial del palacio 8, el palacio Opel, Chevrolet, Volkswagen, Citroën, Peugeot, Renault…
Había colas para comprar un coche. Para hablar con un comercial. Colas un día antes de que entren en vigor las ayudas del Gobierno central. A finales de este mes se sabrá si, como parece, se rompe por primera vez el descalabro de ventas. Y es que todavía muchas transacciones se tendrán que acabar de cerrar en los próximos días, eso sí, todavía con las ofertas del salón. Ofertas del 30% en algunos casos - en otros de más, aunque también de menos-.Ofertas que han hecho que se vendan utilitarios de menos de 25.000 euros; también coches pequeños y por debajo de 10.000 euros. Pero también exclusivos Bentleys y Aston Martin de más de 200.000 euros, y en el caso de este último, no únicamente una unidad, como ha pasado con el Fiat Barbie. Se ha vendido en los nueve días del salón y, ayer, hasta prácticamente el cierre, se seguía vendiendo.
A mediodía de ayer, en el salón prácticamente no cabía ni un alfiler. "Hay mucha gente que viene a dar una paga y señal. Hay gente más interesada por la oferta del salón, que no prefieren esperarse a la ayuda del Gobierno", comentaba un comercial de Fiat. El ritmo, frenético. "Déjeme su móvil, no se preocupe, señora; le llamo esta tarde o a partir de mañana", comentaba un vendedor en Nissan a una posible clienta, que anunciaba disgustada que se tenía que marchar. En muchos stands no había sitio dentro de los boxes en los que se hacían ofertas. Ni siquiera sitio para poder cerrar los tratos.
Donde estaban los coches de mayor lujo, las colas eran para poder verlos, hacer alguna foto y, si se tenía suerte, tocarlos. "Pero también vendemos y hemos vendido", comentaba otro vendedor de una de estas marcas.
La sensación era de optimismo. La de que los coches van a seguir teniendo ofertas para que nadie se resista a ellas. Que de nuevo va a haber compradores. También cuando pase el salón. Después de todo, el Fiat 500 Barbie también se ha vendido.