Histories per no dormir del METRO
Publicat: Dijous 29/03/2007 23:09
Aqui teniu fets reals paranormals que e trobat del METRO, conec motoristes que diuen haber vist alguns dels fets que us posu a continuació.
Es innegable la fascinación que las leyendas urbanas ejercen en todos nosotros, sin excepción, hasta el punto de llegar a dar por hecho cosas que ni remotamente son verídicas... Todo esto se complica cuando nuestra naturaleza de porteras chafarderas nos impulsa sin remisión a difundir mediante rumores estos bulos.
Como el tema de este foro son los trenes y dado que los rumores macabros, las leyendas terroríficas y las historias para no dormir son del agrado de todos voy a intentar amenizar, y espero que acojonar un poco a más de uno, este foro con unas cuantas que han llegado hasta mis oídos...
- Para los que conozcáis el Metro de Barcelona: La estación de Rocafort (L1) es una estación curiosa porque es siempre la última en las peticiones de servicio de los Jefes de Estación. En otras palabras, nadie desea ir a trabajar por allí, y esto es especialmente acusado en el último turno. El temor (fundado, o no) viene de una serie inexplicable de suicidios en un corto período de tiempo, concretamente cuatro personas perdieron la vida en los raíles... en un mes. Este dato es horroroso por sí mismo y destroza todas las estadísticas (secretas, por otra parte), pero no supone el final de la historia. Diversos Jefes de Estación, que no se conocían entre sí, dieron parte de haber presenciado por los monitores de TV personas paseando por los andenes de la estación, de una forma errática y aparentemente despreocupada, aunque... el último tren había pasado hacía tiempo y la estación estaba cerrada al público. En ningún caso se descubrió a nadie en los andenes. En otra ocasión un pasajero se acercó al Jefe de Estación y le preguntó con un extraño tono de voz cuándo iba a ser inaugurada la línea 2... Había sido inaugurada 7 años antes...
- Existió en tiempos una práctica muy extendida en Metro, consistente en subirse al techo de los vagones y disfrutar del subidón de tan peligroso viaje. Por supuesto, no tardaron en sucederse los terribles electrocutamientos que dejaron reducidos a cenizas a tan temerarios viajeros. Algunos pasajeros y personal del Metro han comentado, con cierta ansiedad, haber visto sombras oscuras antropomorfas en lo alto de los convoyes que hacían su entrada en vía 2 en la estación de Plaza Catalunya (L1). En ese lugar habían fallecido dos personas hace tiempo.
- En línea 5, pasada Sagrada Família, existe una estación fantasma llamada Gaudí. Esta estación fue parte de un ambicioso proyecto turístico respectivo a la Sagrada Família (situada justo arriba) que por cuestiones financieras nunca se finalizó. Si uno se apoya en la ventanilla y hace hueco con las manos para oscurecer los reflejos, podrá ver dos andenes completos, con sus accesos, escaleras y carteles, aunque sumidos en una penumbra tenebrosa y llenos de cascotes y suciedad... Algunos podéis llegar incluso a ver personas esperando al metro con mirada ausente aunque todos los accesos hace décadas que se tapiaron.
- Se comenta que en la estación fantasma de Iglesia, esta vez en el Metro de Madrid, ocurre algo parecido.
- Es de dominio público el conocimiento sobre la increible diversidad animal que infesta los túneles subterráneos de las ciudades. Todos hemos visto cucarachas y ratoncitos retozando por las vías con total parsimonia. En realidad, el tema de las cucarachas es un verdadero y serio problema; además de pertenecer a una especie africana (Cucarachas Africanas es su nombre oficial) que no debería existir en nuestro país, han desarrollado la repugnante facultad de volar dando grandes saltos. Descomunales nidos han sido hallados en la maquinaria de las escaleras mecánicas y diversos trabajadores del Metro han pedido la baja por incapacidad para enfrentarse a estos animales a los que los insecticidas normales no parecen hacer efecto.
Los ratoncitos no suponen un problema mayor, e incluso algunos Jefes de Estación los alimentan. El problema son las ratas. Ratas monstruosas cuyos ojos devuelven macabros e insanos reflejos de odio a las luces de los trenes y a los aterrados ojos del motorista... hasta que se escabullen entre alguno de los millares de oscuras y tétricas estancias ocultas por años de olvido en los túneles del Metro. Es un hecho constatado que una mordedura de estos bichos es tanto o más tóxica y potencialmente mortal que la de un ofidio venenoso.
Diversos motoristas han dado parte de extraños animales que no se han podido identificar como especie alguna, de arañas descomunales, de extraños insectos alados de vuelo lucífugo...
- Esta es una historia que es muy común en las diversas ciudades del mundo que tienen ferrocarril metropolitano. Una mujer sube a un vagón a una hora avanzada de la noche. El mismo sólo lo ocupan tres personas, dos hombres y una mujer, una sentada al lado de otra, en un banco central del vagón. La mujer no tiene nada que temer pues el aspecto de estas personas es absolutamente normal. Se sienta enfrente de ellos. Cuando se dispone a leer, observa que la mujer, sentada en medio de los dos hombres, la mira fijamente pero sin verla. La mujer continúa su lectura sin dar mayor importancia aunque a lo largo del viaje constata que la otra mujer la mira fijamente. En una parada posterior sube un hombre con traje y se sienta al lado de la lectora. Transcurridos unos segundos, el tren dirigiéndose a la siguiente estación, el hombre susurra a la mujer que está leyendo: "Si usted sabe lo que le conviene se bajará en la siguiente estación conmigo". La mujer queda aterrorizada pero una mirada al hombre la tranquiliza. Ambos bajan. Cuando las luces rojas del tren desaparecen por el túnel, el hombre, muy amable, le dice: "Perdóneme, no quería asustarla. Soy médico y esa mujer que estaba enfrente de usted estaba muerta. Los dos hombres la sostenían".
- El tren fantasma. El protocolo de cierre de una estación del metro consiste básicamente en cerrar los accesos cuando los últimos trenes en ambas direcciones han pasado y el pasaje ha salido de las instalaciones. En varias ocasiones, dependiendo de la línea, varios Jefes de Estación han alertado al Centro de Control de Metro de la parada de un tren posterior al último tren oficial... De una serie que se retiró hace decenas de años. Esta leyenda del tren fantasma tiene diversas variantes, y yo sufrí en mis carnes una de ellas. Los graciosos del CCM no me avisaron de que detrás del último tren por vía 1 vendría un tren TRIPLE de maniobras que no efectuaría parada. Yo estaba recogiendo mis cosas para irme a casa cuando el familiar sonido del tren que se acerca llegó a mis oidos y noté en el cuello esa corriente desagradable de aire caliente que desplaza. No sé qué pasó por mi cabeza, allí solo, en una estación de mediados de siglo y estilo gótico, en penumbra tras haber apagado las luces... cuando un tren interminable, blanco como la nieve, pasa por la estación a toda velocidad, sin detenerse, como si nada alrededor existiera... emitiendo un horrible pitido de advertencia que me heló la sangre. No faltaron mandos que al día siguiente se partieron de risa cuando les conté la historia.
Conozco algunas más, muchas de ellas escabrosas, pero creo que ya he soltado una buena parrafada y hay más cosas en la vida para hacer. Tan solo espero que la próxima vez que cojáis el Metro tan alegremente penséis que ahí abajo hay muchas más cosas de las que jamás podremos llegar a conocer, que debajo de cada túnel en semipenumbra hay otro aún más oscuro y peligroso, que, amparada en esa oscuridad, la muerte sonríe con sus ojos pálidos y su afilada guadaña...
Salut i peles!!!
Es innegable la fascinación que las leyendas urbanas ejercen en todos nosotros, sin excepción, hasta el punto de llegar a dar por hecho cosas que ni remotamente son verídicas... Todo esto se complica cuando nuestra naturaleza de porteras chafarderas nos impulsa sin remisión a difundir mediante rumores estos bulos.
Como el tema de este foro son los trenes y dado que los rumores macabros, las leyendas terroríficas y las historias para no dormir son del agrado de todos voy a intentar amenizar, y espero que acojonar un poco a más de uno, este foro con unas cuantas que han llegado hasta mis oídos...
- Para los que conozcáis el Metro de Barcelona: La estación de Rocafort (L1) es una estación curiosa porque es siempre la última en las peticiones de servicio de los Jefes de Estación. En otras palabras, nadie desea ir a trabajar por allí, y esto es especialmente acusado en el último turno. El temor (fundado, o no) viene de una serie inexplicable de suicidios en un corto período de tiempo, concretamente cuatro personas perdieron la vida en los raíles... en un mes. Este dato es horroroso por sí mismo y destroza todas las estadísticas (secretas, por otra parte), pero no supone el final de la historia. Diversos Jefes de Estación, que no se conocían entre sí, dieron parte de haber presenciado por los monitores de TV personas paseando por los andenes de la estación, de una forma errática y aparentemente despreocupada, aunque... el último tren había pasado hacía tiempo y la estación estaba cerrada al público. En ningún caso se descubrió a nadie en los andenes. En otra ocasión un pasajero se acercó al Jefe de Estación y le preguntó con un extraño tono de voz cuándo iba a ser inaugurada la línea 2... Había sido inaugurada 7 años antes...
- Existió en tiempos una práctica muy extendida en Metro, consistente en subirse al techo de los vagones y disfrutar del subidón de tan peligroso viaje. Por supuesto, no tardaron en sucederse los terribles electrocutamientos que dejaron reducidos a cenizas a tan temerarios viajeros. Algunos pasajeros y personal del Metro han comentado, con cierta ansiedad, haber visto sombras oscuras antropomorfas en lo alto de los convoyes que hacían su entrada en vía 2 en la estación de Plaza Catalunya (L1). En ese lugar habían fallecido dos personas hace tiempo.
- En línea 5, pasada Sagrada Família, existe una estación fantasma llamada Gaudí. Esta estación fue parte de un ambicioso proyecto turístico respectivo a la Sagrada Família (situada justo arriba) que por cuestiones financieras nunca se finalizó. Si uno se apoya en la ventanilla y hace hueco con las manos para oscurecer los reflejos, podrá ver dos andenes completos, con sus accesos, escaleras y carteles, aunque sumidos en una penumbra tenebrosa y llenos de cascotes y suciedad... Algunos podéis llegar incluso a ver personas esperando al metro con mirada ausente aunque todos los accesos hace décadas que se tapiaron.
- Se comenta que en la estación fantasma de Iglesia, esta vez en el Metro de Madrid, ocurre algo parecido.
- Es de dominio público el conocimiento sobre la increible diversidad animal que infesta los túneles subterráneos de las ciudades. Todos hemos visto cucarachas y ratoncitos retozando por las vías con total parsimonia. En realidad, el tema de las cucarachas es un verdadero y serio problema; además de pertenecer a una especie africana (Cucarachas Africanas es su nombre oficial) que no debería existir en nuestro país, han desarrollado la repugnante facultad de volar dando grandes saltos. Descomunales nidos han sido hallados en la maquinaria de las escaleras mecánicas y diversos trabajadores del Metro han pedido la baja por incapacidad para enfrentarse a estos animales a los que los insecticidas normales no parecen hacer efecto.
Los ratoncitos no suponen un problema mayor, e incluso algunos Jefes de Estación los alimentan. El problema son las ratas. Ratas monstruosas cuyos ojos devuelven macabros e insanos reflejos de odio a las luces de los trenes y a los aterrados ojos del motorista... hasta que se escabullen entre alguno de los millares de oscuras y tétricas estancias ocultas por años de olvido en los túneles del Metro. Es un hecho constatado que una mordedura de estos bichos es tanto o más tóxica y potencialmente mortal que la de un ofidio venenoso.
Diversos motoristas han dado parte de extraños animales que no se han podido identificar como especie alguna, de arañas descomunales, de extraños insectos alados de vuelo lucífugo...
- Esta es una historia que es muy común en las diversas ciudades del mundo que tienen ferrocarril metropolitano. Una mujer sube a un vagón a una hora avanzada de la noche. El mismo sólo lo ocupan tres personas, dos hombres y una mujer, una sentada al lado de otra, en un banco central del vagón. La mujer no tiene nada que temer pues el aspecto de estas personas es absolutamente normal. Se sienta enfrente de ellos. Cuando se dispone a leer, observa que la mujer, sentada en medio de los dos hombres, la mira fijamente pero sin verla. La mujer continúa su lectura sin dar mayor importancia aunque a lo largo del viaje constata que la otra mujer la mira fijamente. En una parada posterior sube un hombre con traje y se sienta al lado de la lectora. Transcurridos unos segundos, el tren dirigiéndose a la siguiente estación, el hombre susurra a la mujer que está leyendo: "Si usted sabe lo que le conviene se bajará en la siguiente estación conmigo". La mujer queda aterrorizada pero una mirada al hombre la tranquiliza. Ambos bajan. Cuando las luces rojas del tren desaparecen por el túnel, el hombre, muy amable, le dice: "Perdóneme, no quería asustarla. Soy médico y esa mujer que estaba enfrente de usted estaba muerta. Los dos hombres la sostenían".
- El tren fantasma. El protocolo de cierre de una estación del metro consiste básicamente en cerrar los accesos cuando los últimos trenes en ambas direcciones han pasado y el pasaje ha salido de las instalaciones. En varias ocasiones, dependiendo de la línea, varios Jefes de Estación han alertado al Centro de Control de Metro de la parada de un tren posterior al último tren oficial... De una serie que se retiró hace decenas de años. Esta leyenda del tren fantasma tiene diversas variantes, y yo sufrí en mis carnes una de ellas. Los graciosos del CCM no me avisaron de que detrás del último tren por vía 1 vendría un tren TRIPLE de maniobras que no efectuaría parada. Yo estaba recogiendo mis cosas para irme a casa cuando el familiar sonido del tren que se acerca llegó a mis oidos y noté en el cuello esa corriente desagradable de aire caliente que desplaza. No sé qué pasó por mi cabeza, allí solo, en una estación de mediados de siglo y estilo gótico, en penumbra tras haber apagado las luces... cuando un tren interminable, blanco como la nieve, pasa por la estación a toda velocidad, sin detenerse, como si nada alrededor existiera... emitiendo un horrible pitido de advertencia que me heló la sangre. No faltaron mandos que al día siguiente se partieron de risa cuando les conté la historia.
Conozco algunas más, muchas de ellas escabrosas, pero creo que ya he soltado una buena parrafada y hay más cosas en la vida para hacer. Tan solo espero que la próxima vez que cojáis el Metro tan alegremente penséis que ahí abajo hay muchas más cosas de las que jamás podremos llegar a conocer, que debajo de cada túnel en semipenumbra hay otro aún más oscuro y peligroso, que, amparada en esa oscuridad, la muerte sonríe con sus ojos pálidos y su afilada guadaña...
Salut i peles!!!